miércoles, 23 de mayo de 2007

Montecarlo, la ratonera de la F1

Mónaco es, por excelencia, el Gran Premio en el que se exige más concentración a los pilotos. En un circuito plenamente urbano, un simple error se puede pagar muy caro, ya que los monoplazas casi rozan las vallas laterales.

La recta principal de Mónaco no es una recta convencional, ya que está ligeramente curvada hacia la derecha. Acaba en la primera curva del circuito, la de Saint Devote. La frenada es bastante brusca, ya que es un giro de unos 90º hacia la derecha. En esta curva, la principal dificultad es evitar golpear el muro a la salida, ya que los monoplazas pasan rozando.

Tras la salida de la curva, los pilotos se encuentran con una la Beau Rivage, una recta que contiene sorpresas: pequeños giros que, en el caso de una carrera con lluvia, pueden ser bastante complicados. Al final de la subida, los pilotos se encuentran con una curva a la izquierda, la de Massanet. El problema de esta curva es que enlaza con la siguiente, la del Casino y cuando los pilotos salen de la primera, no pueden acelerar en demasía, puesto que la segunda curva la tienen a la vuelta de la esquina. La curva del Casino es conocida por el bache del asfalto. Muchos pilotos intentan evitarlo para no hacer sufrir a sus monoplazas más de la cuenta.

Tras la curva del Casino, se emprende la bajada hacia Mirabeau, una horquilla a la derecha en la que se ha de tener máxima precaución para no chocar con las protecciones. La curva del Gran Hotel (o Loews) es el giro más lento del trazado del Principado. Tras el, los pilotos se dirigen hacia la curva del Portier para acabar con la parte lenta del circuito.

Quizás una de las partes más conocidas del circuito monegasco es el túnel. A la salida, los pilotos llegan a alcanzar los 270 km/h y se convierte en el punto más veloz de todo el circuito. Tras el túnel, los pilotos deben frenar nuevamente para afrontar la Nouvelle Chicane, que les lleva hasta la curva de Tabac. Esta curva es una de las más rápidas del circuito y los pilotos pasan casi rozando el guardarrail lateral.

Tras la de Tabac llega la curva de la Rascasse, otra de las más conocidas. La curva fue modificada hace unos años para la seguridad de los pilotos. Y tras ella, los pilotos afrontan el giro de Antohony Noghes (el inventor del circuito), una curva con contraperalte hacia la derecha. A la salida, los pilotos vuelven a pasar por línea de meta.

Mañana empezarán a rugir los motores en Montecarlo con la primera sesión de entrenamientos libres.

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